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La homeopatía es eficaz para prevenir y tratar tanto enfermedades agudas (gripe, tos, diarrea, crisis de migraña, contusiones etc.) como crónicas (alergia, dermatitis, asma, afecciones reumáticas, ansiedad etc.), en infecciones de repetición (garganta, oídos, ginecológicas, urinarias….), e incluso en cuidados paliativos (control de síntomas como dolor o estreñimiento y alivio de efectos secundarios como las nauseas de la quimioterapia...).
En homeopatía, y especialmente en enfermedades crónicas, el objetivo es ir más allá del alivio de los síntomas que van apareciendo, se busca ayudar al paciente a restablecer globalmente su equilibrio natural. Para ello, el médico homeópata en la consulta tendrá en cuenta, además de los síntomas o problemas de salud que presenta el paciente, su constitución física y su forma de reaccionar y sensaciones frente a la enfermedad, además de factores de mejoría o de empeoramiento. Por eso se dice que el tratamiento, en homeopatía, es más individualizado.
Además, estos medicamentos tienen la ventaja de que en general, no presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes relacionados con la toma del medicamento, por lo que se recomiendan habitualmente para todo tipo de pacientes, incluso niños, embarazadas y enfermos polimedicados.
Como cualquier medicamento, los medicamentos homeopáticos son de venta exclusiva en farmacias.
En España, el Estudio sobre conocimiento y uso de homeopatía muestra que una de cada tres personas ya ha utilizado homeopatía en alguna ocasión, y de hecho, el 27% lo hace de forma ocasional o periódica. Los principales motivos de utilización son la ausencia de efectos secundarios, la eficacia, y la posibilidad de tomarlos durante el embarazo o cuando la toma de otros medicamentos está limitada. Ocho de cada diez (82%) usuarios de medicamentos homeopáticos se muestran satisfechos o muy satisfechos con los resultados obtenidos y el 87% recomendaría Homeopatía a sus familiares y amigos.
Además, 6 de cada diez personas (67%), sean usuarios o no, han manifestado una actitud abierta y positiva para recibir más información sobre medicamentos homeopáticos. Un porcentaje que aumenta hasta el 74% si la información viene de su médico.
De hecho, más de 10.000 médicos en España prescriben habitual u ocasionalmente medicamentos homeopáticos, el número de médicos especialistas alergólogos, ginecólogos, dermatólogos... que integra la homeopatía dentro de sus tratamientos va en aumento; por poner un ejemplo, hoy en día 4.400 pediatras (aproximadamente, un 35% del total), 4.300 médicos generales y 700 ginecólogos prescriben habitual u ocasionalmente medicamentos homeopáticos, tanto en consultas privadas como en consultas de la Seguridad Social.
Los estudios médicos para validar los medicamentos y tratamientos para cualquier enfermedad o dolencia utilizan placebos. De esta forma, se puede controlar cuando los síntomas mejoran mediante este fenómeno y analizar adecuadamente la eficacia del tratamiento. Cuando un tratamiento no funciona significativamente mejor que el placebo, se considera ineficaz e inadecuado para dicha enfermedad y no puede recetarse. En España, los tratamientos homeopáticos son la excepción y, según la legislación vigente, modificada en 1994, no han de demostrar ninguna eficacia. Es decir: pueden funcionar sólo como placebos.
Además del uso de placebos, los estudios científicos utilizan estrategias denominadas de doble y triple ciego que impiden que el investigador pueda saber si el tratamiento que receta es placebo o no. De esta forma, se impide que los investigadores evalúen la mejoría de forma subjetiva y condicionada por sus prejuicios.
Acostumbrados a la terapéutica tradicional, la HOMEOPATIA puede resultar sorprendente, pero si profundizamos, observamos que en medicina tradicional o ALOPATIA también se utiliza a menudo la ley de la similitud.
EJEMPLOS:
Los derivados del cornezuelo de centeno, provocan toxicológicamente hipotensión, vasodilatación encefálica y cefalea. Estas sustancias se utilizan en dosis más bajas para el tratamiento de cefaleas, jaquecas, transtornos circulatorios cerebrales, etc.